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miércoles, 23 de marzo de 2011

El cuarto de los espejos.

Creer En el amor...Cuestionarme sobre eso era extraño para mi...Mi mente divagaba sobre aquello mientras me iba a la cama. Me cepillé mi cabellera roja, ondulada y larga, a la vez que me veía al espejo. Ahí había una chica de 15, Estatura media, ojos color miel, Nariz Finita y labios rosas. No me parecía que aquella figura del espejo fuera nada bonita. Me había traumado con la imagen de que Nunca llegaría a ser como Quinn, La chica Leyenda de la escuela, la más popular y más bonita entre todas. Hacía mucho, en aquellos lejanos días del primer grado, cuando conocí a las insoportables de Maddy, Darcy y Wendy, era una chiquilla que tenía la inseguridad a un grado más alto. Ellas se aprovecharon de eso. Me decían que era fea, tanto en la cara como a mi espalda y me trataban peor que un bulto. Deveras llegué a creerles, el punto de que no quería salir de mi cama en las mañanas para ir a la escuela, y bajaba la mirada cerca de ellas, Un buen día, me crucé con Kathy y desde ahi nos volvimos inseparables. Aunque aún tenía la idea de la baja autoestima y demás, ella me ayudaba con eso. Siempre lo hacía. Hablo de esto Porque mi vaga idea del amor se concentraba mucho en la apariencia física, En la envoltura de las personas. Esa tonta relación de que a una cara bonita la complementa otra se veía alimentada por mis pocos Romances en mi historial. Mi último Novio, Chris, Todavía me guardaba Algo de rencor Por la forma en que terminé la relación. Aquello no había sido un capricho ni mucho menos, Yo sí lo quería, pero Se atravesó por ahí un chico y consideré injusto que estuviera con Mi Novio y pesando en alguien más. Por lo Menos, a mí no me gustaría que me hicieran lo mismo. él lo tomo muy a pecho y dejó de hablarme.
Me deprimía mucho ver parejas en la escuela, tomadas de la mano  sonriéndose, como si nada más importara. Los envidiaba y la vez sentía como que ya era una soltera quedada a mis 15 años...Aún no tenía a nadie especial que me gustara, seguía pensando en el chico que me gustaba el curso anterior, pero sabía que eso ya era un caso perdido. Pensé en aquel niño, menor que yo, en teoría. Seguro que ya tendría un montón de admiradoras.
"Sobre todo bonitas" -Pensé. Vi una lagrimita en mi mejilla y me la quité instantaneamente. "Qué tonta"- Me dije- " Lloras por un chico que todavía ni conoces"
Fui a la cocina y tomé un trago de jugo de naranja, sin siquiera servirme como la gente. No me importó mucho. Al menos hasta que mi mamá me encontró con la boca en la botella.
-Erin! - Me dijo, asustándome- De ahí tomamos todos!...Qué Barbára eres, nada te costaba agarrar un vasito...
-Ya mamá, lo siento- contesté, limpiandome la boca-
-Vete a Dormir, y ponte una pijama decente, Que eso no te cobija de nada- Me regañó, haciendo alusión a la Playera Azul Marino que traía puesta, Extra larga y un poco descuidada, se me caía del hombro Izquierdo.
-Si mamá...- Le di un beso en la mejilla- Hasta mañana Mamá.

Pasé por el cuarto de Sam, a molestarlo y ver qué hacía. Como siempre, estaba en la computadora.
-¿Es que no encuentras qué hacer?- Le dije en tono burlón, espantándolo por detrás-
-Boba, me diste un susto!- Y añadió una risa estrepitosa-
-Uyyy, Y qué tanto Ves ¿Ehh?-
-Busco mi tarea. Soy un niño bueno- Hizo una mueca burlona.
-Eso ni tú te lo crees!- Y le lanzé una Almohada, que fue a caer justo en su espalda.
-Heeeeyy!- Gritó, y me hizo un gesto amenazador con la almohada-Esto es Guerra!
-No te tengo Miedo, cariño- Le dije, burlándome
-Ya verás cuando acabe contigo- Y acto seguido, ambos salimos corriendo de la habitación, envueltos en risas y gritos desmedidos.
Mi hermano era Dos años mayor que yo, pero cuando se lo proponía, podía convertise en un niño de 5 años. Acabamos tirados en la sala, golpeándonos mutuamente con cojines y lo que fuese que se nos atravesara. Mi mamá intercedió media hora después.
-Sam y Erin, O se van a dormir o pueden olvidarse de que mañana los despierte
-Si mamá.- Respondimos ambos, en automático-
 -Quiero la revancha mañana- Me susurró Sam, cuando ibamos por el pasillo hacia nuestra respectiva habitación
-Dalo por hecho- Le respondí, y me metí a mi alcoba-
Cerré la puerta y me metí bajo las cobijas de mi camita. El primer día me había dejado exahusta, auque sin mucho interesante que contar, más que la llegada de Summer. Mi deseo interno era que llegara un chico lindo, y que por arte de magia se fijara en mí, pero por ota parte, mi cabeza me indicaba que no había nada de esperanza para mí. Lo raro del asunto, fue que en cuanto llegué a la cama el sueño se fue. Me puse a dar de vueltas sobre la cama, inquieta por algo que ni yo me podía explicar, así que para tranquilizarme, me puse los audífonos de mi i Pod, ya que la música siempre me calmaba un poco. Esa vez no pareció funcionar. Seguí dando de vueltas y vueltas hasta que no supe si fue divague o me había desmayado, pero soñé con unos ojos...Sí, una mirada muy profunda y pesada que me hacía retroceder al instante, pero al mismo tiempo, ese par de ojos me atajeron, de una forma que hasta la fecha no he podido explicar. De pronto, en mi sueño, se abría una grieta en el suelo que no sabía que estab pisando, y caía por ella. Aterrizaba justo enmedio de un cuarto lleno de espejos, con un candelabro de esos antiguos. Era hermoso. Luego, me vi en cada uno de esos espejos. Uno a uno fueron rompiéndose, causando un estruendo ensordecedor, y soltando diamantina de colores junto con aquellos trozos de vidrio. Recuerdo mi espanto, y mis ganas de salir de ahí. Entonces Oí el despertador. Momento de iniciar otro Día

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